Cada pareja es un mundo, y puede tener diferentes acuerdos que funcionan hacia adentro, pero resultan incomprensibles hacia afuera. El estilo de vida swinger es una de esas prácticas que pueden ser difíciles de entender. 

Sin embargo, hay una comunidad muy grande de personas que comparten esta cultura en todo el mundo. Incluso Matías Alé confesó haber participado de encuentros de este tipo.

El caso de Katey y Dan causó revuelo por la inusual manera que eligieron para celebrar su noche de bodas. Cuando terminó la fiesta, se acercaron a una de las damas de honor y la invitaron a subir al cuarto con ellos, y ella aceptó. 

Esta pareja de jóvenes británicos decidió abrir su relación y experimentar su sexualidad con otras personas después de que él sugiriera que le encantaría verla con otro chico. Al principio ella no estaba de acuerdo, pero con el tiempo accedió a la fantasía de su novio. 

“Tenía muchas ganas de explorar mi bisexualidad y creí que sería divertido hacerlo juntos” confesó la joven en una entrevista que dio al canal de Youtube “Love Don’t Judge” (El amor no juzga). 

Respecto a los celos, Dan y Katey reconocieron que son mucho más soportables de lo que esperaban. La noche en la que contrajeron matrimonio, Katey le sugirió a su esposo hacer un trío con su mejor amiga, y admitió que ver a su marido con otra mujer le pareció “muy atractivo”. 

A pesar de que ellos se encuentran muy felices y cómodos con su estilo de vida, sus familias no lo tomaron de la mejor manera. Cuando se enteraron del acuerdo decidieron cortar contacto con la joven pareja y rechazaron la invitación al casamiento. 

En su camino de exploración, asistieron a un retiro para adultos con meditación, yoga, juguetes y actividades sexuales. Ese día conocieron a Kirsty y Tom y conectaron enseguida. Al poco tiempo se convirtieron en compañeros swingers definitivos.

Katey y Dan tienen un vínculo swinger con Kirsty y Tom. (Fuente: Instagram)
Katey y Dan tienen un vínculo swinger con Kirsty y Tom. (Fuente: Instagram)

“Es como una amistad normal, pero con beneficios” reconocieron. Tom, por su parte, explicó que este acuerdo no compromete su vínculo con su esposa: “Si te gusta una barra de chocolate, ¿vas a comer únicamente esa barra de chocolate durante el resto de tu vida?”, agregó.

Además de tener encuentros sexuales fuera de la pareja, Kirsty y Katey también crean y venden contenido erótico durante esas experiencias y lo comparten en sus redes sociales. A menudo reciben comentarios de odio, y lo adjudican a que “la gente no puede aceptar que el mundo está cambiando”.