A la hora de salir con una persona es importante dejar las cosas claras desde un primer momento con el fin de no llevarse disgustos o malos entendidos. Una vez que la relación está avanzada o alguna de las dos partes está involucrada, la situación se puede tornar más difícil si no se charló previamente de distintos aspectos relevantes.

No obstante, muchas veces la sinceridad no le cae del todo bien a algunas personas y esto se pudo ver en un chat que circuló a través de las redes sociales en las últimas horas.

Una mujer compartió la captura de una conversación con quien parece ser una persona que estaba conociendo para tener una relación. Tras confesarle al joven que tenía tres hijos, una inesperada respuesta dejó a la mujer prácticamente sin palabras.

"Responsabilidad afectiva, asertividad y honestidad", comenzó detallando la cuenta de Twitter que publicó la foto del chat. En el posteo se puede ver que la conversación empieza con una confesión por parte de la mujer de la charla: "¿Tengo tres hijos, eso sería un problema para ti?".

"Disculpa pero sí. No es mi meta de vida en este momento", contestó el joven, a lo que la mujer, casi sin entender su respuesta, preguntó: "¿Y por qué el que yo tenga hijos es un problema para ti?". Fue entonces que el muchacho dejó un extenso mensaje que desembocó en una catarata de opiniones en los comentarios: "Porque sé lo que demanda tener un hijo, imagina tres. Me gustan los niños, pero sé que son extremadamente dependientes de sus padres".

"Y tú debes cumplir tu papel en cuidarlos y hacerlos tu prioridad y pues no quiero participar en eso. Estoy en la fase de viajar, aprovechar mi dinero, en disfrutar, ser feliz sin preocupaciones. Disculpa la sinceridad, pero así es como lo veo, no vale la pena comenzar algo que no llegará a ningún lado", sentenció el chico.

Como era de esperarse, el tuit cosechó más de 115 mil me gusta, y dentro de las respuestas, los usuarios generaron un debate por las diferentes posturas que, por un lado, defendían la responsabilidad del chico, mientras que el otro apostaba por el temor a los compromisos.