Un tiburón luminoso fue hallado a varios metros de profundidad del mar de Nueva Zelanda y se lo conisdera como el más grande del mundo en su distintiva característica, según publicó la revista científica Fronteras de las Ciencias Marinas.

Esta especie llamada Dalatias licha puede generar una luz intensa fluorescente que funciona gracias a reacciones bioquímicas. Otras especies de menor tamaño como el Etmopterus lucifer y el Etmopterus granulosus también tiene la capacidad producir luz.

El autor de la investigación, Jérôme Mallefet, confirmó por primera vez la existencia de tiburones bioluminiscentes en Nueva Zelanda y explicó que los ejemplares capturados producen una luz azul-verdosa que brilla y se oscurece lentamente.

La investigación de Mallefet, puesta en marcha con su colega Laurent Duchatelet, de la Universidad Católica de Lovaina, y Darren Stevens, del Instituto de Investigación del Agua y la Atmósfera (NIWA, siglas en inglés) de Nueva Zelanda, podría ayudar a entender más a los animales de las profundidades marinas.

Por otra parte, el autor principal describió que estos tiburones "brillan en la oscuridad, no producen destellos".

Estas especies de tiburones producen luz para cazar a sus presas, para reproducirse o cuando están en grupo, así como para camuflarse en ambientes con luz con el fin de protegerse de sus depredadores, agregó el comunicado.

Además, la mayoría de eestas especies de tiburón luminoso son tamaño pequeño que habitan la llamada "zona crepuscular" del mar, a más de 200 metros de profundidad. Se estima que alrededor de 57 de las 540 especies conocidas de tiburones pueden producir una luz bioluminiscente.

"La existencia de organismos luminosos en esta zona (donde fueron halladas las tres especies de tiburones) hace cada vez más obvio que el producir luz en la profundidad tiene un importante papel en la estructuración del enorme ecosistema de nuestro planeta", según este primer estudio experimental.

Según describieron los científicos de la investigación, estos ejemplares de tiburones bioluminosos fueron capturados en enero de 2020 durante una expedición.