Cocinar es un placer cuando las condiciones están dadas: ingredientes, tiempo, lugar y energía. A veces, cuando se cuenta con tan solo una hora o menos para almorzar en medio de la jornada laboral, una actividad física, o descansos durante el estudio, esta actividad puede volverse algo tediosa. Lo sabemos: por eso te traemos recetas para cuando no sabés qué cocinar.

Para que no te quedes sin saber por dónde empezar, y fundamentalmente, con el estómago vacío, te compartimos tres recetas muy secillas y nutritivas para preparar en poco tiempo y contentar a tu corazón.

Tres ideas para que cocines algo rico y fácil para tu almuerzo. (Imagen ilustrativa)

Antes que nada, te sugerimos reordenar tu agenda y otorgarle un espacio importante a tu almuerzo, ya que es una de las comidas más importantes del día luego del desayuno. Sin una buena alimentación, tu cuerpo se sentirá más cansado y débil, y todo lo que hagas a continuación en tu día te costará hasta el triple. 

Estas recetas son vegetarianas, muy nutritivas y deliciosas. En el caso de que quieras añadir alguna presa de pollo o un corte de carne de tu gusto para aportar mayor sabor y proteínas, también puedes hacerlo.

Omelette de espinaca, huevo y queso

Omelette de espinaca y queso (Imagen ilustrativa)

Ingredientes:

  • Un puñado de hojas de espinaca o acelga, la que más te guste.
  • 2 huevos
  • Queso cremoso
  • 1/2 cebolla de verdeo
  • Sal y pimienta a gusto 

Procedimiento:

1. Cortar las hojas de la acelga, lavarla muy bien bajo el chorro de agua de la canilla, procurando retirarle todo resto de tierra.

2. En una sartén vacía y a fuego mínimo, colocar las hojas de la acelga y esperar a que se cocinen (se pondrán bien oscuritas y largaran mucho líquido). Apaga el fuego y deja enfriar unos minutos. Toma la acelga y escurre todo el agua restante. 

3. En un bowl, mezclar la acelga, los huevos, y la cebolla de verdeo previamente picada en finos trozos.

4. En la misma sartén, echar un chorrito de aceite o un poco de manteca, y una vez que esté bien caliente, echar la preparación. Controlar con una espátula que no se quemen los bordes e ir moviéndola de a poco hasta que se dore por completo. 

5. Con la ayuda de la espátula, puedes dar vuelta la tortilla para que se dore del otro lado, o colocar los trozos de queso en una mitad del circulo y sellarla como si fuera una empanada.

6. Una vez que el queso esté bien derretido, retirá de la sartén y ¡a comer!

Ensaladas

Ensalada variada. (Imagen ilustrativa)

Para esta receta, sugerimos pensar en los colores que más te gusten e intentar que al menos cuatro de ellos se encuentren en tu plato.

Estas son nuestras ideas:

1. Utiliza distintas hojas, no solo la lechuga. Pueden ser hojas de albahaca, de rúcula, de remolacha, etcétera.

2. Cortá un repollo colorado en tiras y amasalo en un bowl para que se enternezca.

3. Herví un choclo o comprá una lata de choclo desgranado y añadile un poco de dulzor y color a tu ensalada.

4. Remolacha: rallada o hervida y cortada en trozos, aporta color y mucha exquisitez.

5. Zanahoria para la visión, palta para generar la sensación de saciedad, cebolla para enaltecer los sabores.

6. Fruta. ¿Por qué no? Manzana, naranja, ciruela, ananá. Todo puede ser.

7. Las semillas y las legumbres no solo son muy bonitas a la vista, sino que son un plus enorme de nutrientes y energía.

8. En lo posible, no condimentes con aceite, sal y vinagre. Improvisa una salsa con miel, mostaza, aceite y algún condimento picante que te llame la atención. ¡Hora de jugar!

Sopa de calabaza rica y fácil

Sopa de calabaza. (Imagen ilustrativa)

Ingredientes:

  • Media calabaza pelada y cortada en cubos (en algunas verdulerías ya las preparan así)
  • Una cebolla
  • 1 papa grande o 2 medianas
  • Un caldo de verduras

Procedimiento: 

1. Cortar la calabaza en cubos y el mismo procedimiento con la papa.

2. Cortar la cebolla en Juliana y llevarla a una olla con aceite caliente. Dejar rehogar con sal y pimienta hasta que dore.

3. Añadir los cubos de calabaza y la papa e ir mezclando con una cuchara de madera para que vayan adquiriendo sabor.

4. Cuando la papa y la calabaza estén tiernas y algo quemaditas, verter sobre la olla un caldo de verduras (agua hirviéndo con el caldo que todos conocemos).

5. Dejar la olla en fuego mínimo y dejar que los ingredientes se terminen de cocinar. Una vez que la papa y la calabaza están blandas y son fáciles de deshacer, apagar el fuego, tomar una minipimer o batidora y homogeneizar la mezcla. 

6. Comer la sopa con un poco de pan o queso.