Las pastas necesitan siempre estar acompañadas de una buena salsa para realzar su sabor y que queden estupendas. Las salsas para pastas conforman el corazón y alma de los fideos que vayamos a cocinar. En este especial cocina de Crónica te presentamos una receta original para soprender a tu pareja, amigos o familia: la receta original de la salsa scaparo.

La salsa scarparo se originó en los barrios bajos de Nápoles y está conformada, principalmente, por tomates, albahaca y quesos de rallar, como pueden ser el pecorino y parmesano, preferentemente, o si no también queda perfecta con un buen queso sardo o reggianito.

Ingredientes

  • Espaguetis 320 g
  • Tomates cherry 500 g
  • Pecorino para rallar 30 g
  • Parmesano para rallar 30 g
  • Albahaca abundante 1 manojo
  • ½ ají picante fresco 
  • Aceite de oliva virgen extra 70 g
  • 1 diente de ajo
  • Sal gusto

Paso a Paso

Coloque una olla con agua en la hornalla para cocinar la pasta; salar el agua cuando rompa hervor y vertir los fideos inmediantamente luego de eso. Lavar los tomates cortarlos por la mitad, luego cortar los ajíes y abrirlos para quitar las semillas; luego córtelos en tiras y píquelos.

Rallar los quesos. En una sartén grande vierta el aceite de oliva virgen extra y calientelo; añadir los ajos enteros pelados para que sea más fácil de quitar. Freír durante unos 3 minutos, revolviendo ocasionalmente; luego agregue los tomates cortados en cubitos y cocine a fuego medio durante unos 10 minutos.

Mientras tanto, hervir los espaguetis al dente. Una vez que la salsa esté lista, agregue sal y retire el ajo. Añadir parte de las hojas de albahaca y luego agregue un cucharón de agua de cocción para crear una crema. 

Escurrir los espaguetis al dente reservando un par de cucharones de agua de cocción y verterlos directamente en la sartén con la salsa. A fuego medio-bajo terminar de cocinar en la sartén, revolviendo los espaguetis con la salsa, agregando agua de cocción según sea necesario, para que la salsa sea cremosa. Apagar el fuego, agregar los quesos rallados varias veces, alternando con otra cucharada de agua de cocción según sea necesario.

Revolver constantemente para evitar que el queso se pegue. Perfumar con unas hojas de albahaca y servir en los platos.