La polenta ha salvado a más de uno, ya sea para salir del apuro o para calentar el estómago en una noche helada de invierno. Pero más allá de que la nobleza de este ingrediente se encuentre en la facilidad y rapidez de su cocción, lo cierto es que su sabor suave y tan particular queda perfecto para todo tipo de preparaciones.

De origen italiano, la polenta ha acompañado la mesa de los argentinos desde hace varias generaciones. Es un plato abundante, cremoso, muy económico, y que en muchos hogares se acompaña con queso fresco, salsa de tomate o una boloñesa. Sin embargo, hoy en día también es común encontrarla en bodegones y restaurantes con sus muchas variantes.

Polenta a la napolitana (Imagen ilustrativa).

Existen dos tipos de polentas: la amarilla y la polenta blanca. La diferencia entre estas es que la primera es instantánea (también se la conoce como “mágica” y se cocina en un corto tiempo (solo un minuto); en cambio, la polenta blanca es más común de ver en las dietéticas, y puede demorar hasta una hora en cocinarse, pero queda muy suave y tierna. Es por esto también hasta tres veces más cara.

La preparación de la polenta amarilla “a secas”, sin nada, es rápida y fácil de aprender: se hierven 3 o 4 partes de agua, caldo o leche, dependiendo la consistencia que se le quiera dar, por una parte de polenta; luego, con el fuego apagado, se vierte la harina en forma de lluvia mientras que se revuelve sin cesar y constantemente con una cuchara de madera, hasta que la polenta esté lista.

A continuación, te compartimos cinco recetas dulces y saladas muy exitosas para preparar con la harina de maíz que harán una fiesta de sabor en tu paladar.

Polenta con verduras

Polenta con verduras (Imagen ilustrativa)

Al tratarse de un ingrediente con baja calidad nutricional, pese a ser fuente de vitamina D, fósforo, selenio, y magnesio, siempre se recomienda maridar los platos con algún otro ingrediente. Y qué mejor, que unas deliciosas verduras.

Ingredientes:

  • 250 gr de polenta
  • 1 litro de agua
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • Pimienta recién molida
  • Albahaca fresca
  • Verduras a gusto (para esta receta utilizaremos como ejemplo: pimiento rojo, berenjena y cebolla).

Preparación:

  1. Lavar la berenjena y cortarla en trocitos. Colocarlas en un bol con agua y sal, y dejarlo reposar unos 10 minutos para que pierda el amargos. Colarlos.
  2. Saltear la cebolla y el pimiento previamente picados y salpimentar a gusto. Cuando estén dorados, echar los trocitos de berenjena.
  3. Cocinar la polenta como explicamos previamente y listo. Verté los vegetales por encima o a un costado y disfrutá de un plato caliente.

Polenta con espinaca

Polenta con espinaca, queso y huevo poché.

Otra forma de nutrirnos y saciar el hambre con la polenta es añadir a la preparación espinaca, queso y huevo. En esta ocasión, utilizaremos queso brie (también podés usar el queso mantecoso) y huevo poché (o huevo pasado por agua).

Ingredientes:

  • 200 cc de leche
  • 200 cc de caldo de verduras o agua
  • Sal y pimienta (cantidad necesaria)
  • 150 gr de espinaca
  • 1 huevo poché
  • 50 gr de queso brie o mantecoso
  • 100 gr de polenta

Preparación:

  1. Llevar a hervor la leche y el caldo, verter la polenta en forma de lluvia y revolver constantemente con una cuchara de madera.
  2. Agregar la espinaca hasta que se forme la polenta: quedará cremoso, no firme.
  3. Servir en un plato hondo, y en el medio disponer el huevo (poché o pasado por agua) y el queso. ¡Buen provecho!

Ñoquis de polenta

Noquis de polenta.

Fáciles e innovadores. ¿O conoces a muchos que los cocinen de esta manera?

Ingredientes:

  • 300 gr de polenta.
  • 500 cc de agua
  • 150 de manteca
  • Sal y pimienta, a gusto
  • 50 g de queso rallado
  • 1 cebolla
  • 5 lonjas de panceta ahumada
  • 2 cucharadas de aceite de oliva

Procedimiento:

  1. Cocinar la polenta tradicional.
  2. Salpimentar la polenta y agregar la manteca, mezclar y dejar entibiar.
  3. Formar los ñoquis con dos cucharas humedecidas, luego dándoles la forma tradicional.
  4. Colocar los ñoquis en capas en una placa enmantecada. Pincelar con manteca derretida. Agregar encima queso rallado, y reservar.
  5. Precalentar el horno a temperatura alta (200 grados).
  6. Cortar la cebolla en aros y panceta en tiras. Dorar ambos ingredientes en una sartén con aceite de oliva.
  7. Llevar la fuente al horno 10 minutos, retirar y servir.

La torta dulce de polenta de Paulina Cocina

La torta de polenta de Paulina Cocina.

La rockstar de la cocina en las redes sociales compartió recientemente una receta muy divertida y atípica para innovar y probar con el mate. Ella utilizó una lata de choclo como vaso medidor para todo. Es muy húmeda y fresca.

Ingredientes:

  • 4 huevos
  • 1 lata de choclo amarillo en granos
  • Usando esa lata, una medida de aceite neutro
  • Usando esa lata, una medida de azúcar
  • Usando esa lata, una medida de polenta instantánea
  • Usando esa lata, una medida de leche
  • 1 o 2 cucharaditas de polvo para hornear

Preparación:

  1. Colocar el vaso de una licuadora los huevos y mezclarlos. Sumar la lata de choclo amarillo en granos. Utilizar esa misma lata para sumar una medida de aceite neutro.
  2. Usando la misma lata, llenarla de azúcar (blanca, rubia, negra o mascabo) y agregarla al batido.
  3. Incorporar una lata de polenta instantánea y seguir batiendo. Añadir una lata de leche y licuar hasta que se incorporen todos los ingredientes.
  4. Por último, agregar 1 o 2 cucharaditas de polvo para hornear. Cuando todo esté integrado, (la mezcla queda bastante líquida), enmantecar y enharinar un molde, y pasar la mezcla al molde. Llevarlo al horno precalentado a 180° por 40 minutos aproximadamente. Desmoldar y disfrutar.

Medallones de polenta

Medallones de polenta. (Imagen ilustrativa)

Una opción maravillosa para cuando sobra polenta preparada, y quedan espectaculares para acompañar con ensaladas o carnes.

Ingredientes:

  • 1 taza de polenta
  • 2 tazas de caldo
  • 1 taza de leche
  • Sal y pimienta

Procedimiento:

Preparar la polenta tradicional, volcarla sobre una placa pequeña aceitada de 2 centímetros de alto. Llevar a la heladera hasta que esté fría y compacta. Retirar y cortar de forma circular (o en cuadrados). Grillar en una plancha a penas aceitada y disfrutar.