Preparar pan casero es siempre mejor opción que comprarlo, ya que el resultado no se compara en absoluto. Aunque muchas personas eligen no hacerlo para ahorrar tiempo, existe una receta rápida y deliciosa que cautivará a cualquiera que lo pruebe, ya que tiene un ingrediente único e innovador: queso crema.

Debido a la suavidad y esponjosidad que aporta, los pancitos se pueden comer en todo momento. Además, como su sabor es bastante neutro, quedan bien combinados con alimentos salados y dulces. El procedimiento es sencillo y lleva muy pocos minutos.

No hace falta ser un experto en la cocina para realizarlos: solo se mezclan tres componentes y se meten al horno. Es una excelente alternativa para cuando hay invitados, puesto que están listos enseguida, no fallan y se vuelven los favoritos de un montón de gente.

Ingredientes para elaborar los pancitos de queso crema

Para aproximadamente 20 pancitos, los elementos necesarios son:

  • 250 gramos de harina leudante (o 250 gramos de harina 0000 mezclados con 3 cucharaditas de polvo para hornear).
  • 300 gramos de queso crema.
  • 120 gramos de queso parmesano, rallado u otro.

Pancitos de queso crema: modo de preparación

1. En un bol, colocar los 250 gramos de harina leudante (o la mezcla de harina 0000 con el polvo para hornear) junto a los 120 gramos de queso parmesano. Mezclar bien.
2. Añadir los 300 gramos de queso crema e integrar todos los ingredientes hasta obtener una masa.
3. Amasar un poco con las manos para lograr un bollo liso y, después, comenzar a formar bolitas de aproximadamente 30 gramos, las cuales luego serán los pancitos.
4. Cubrirlas con queso rallado para que este se gratine en el horno y ubicarlas sobre una placa (no tan juntas, ya que van a crecer durante la cocción).
5. Llevar al horno precalentado a 200 grados durante 20 minutos y, una vez que estén dorados, ya se pueden disfrutar.

Si bien la mezcla de harina, sal, levadura, agua y aceite nunca falla, ya que es la versión clásica del pan, esta innovadora receta brinda un resultado tierno y sabroso. Se comen solos o en sánguches: quedan bien con cualquier ingrediente que se desee colocar en el medio.

Cabe aclarar que el queso por encima no es sumamente necesario (sobre todo si se quieren comer en su versión dulce), pero le brinda un toque salado y especial a la terminación. Al dorarse en el horno, aporta crocancia a la suave textura que poseen por dentro.