Toda guarnición que conlleve papa es elegida por el común denominador de la gente. Ya sea papas fritas, puré, budín o las patatas fritas (mas grandes y prominentes) son la debilidad de muchos y no solo van bien de acompañantes, sino que son protagonistas de cualquier picoteo a toda hora. Todo el tiempo está el antojo y siempre que se sirven en la mesa, se acaban a los pocos segundos. 

Seleccionar la variedad de papa según la época del año y la disponibilidad, lavarla, enjuagarla, remojarla, secarla y luego cortarla y hacer la fritura es el proceso básico. Luego, vienen los trucos para sacarla del aceite y que la papa no se ablande. Tiene que pasar el examen de servirla en el plato y que no se doble. Por mas simple que parezca la preparación, hay secretos para que queden perfectas. 

Las patatas fritas son una obra maestra de la gastronomía. Tanto así que tienen una fecha exclusiva llamada "El día mundial de la papa frita" para celebrar su existencia, pero mas de una ama de casa tiene complejidades al hacerlas. Desde como lograr el dorado, el punto crujiente y la cremosidad de la papa hasta el tiempo de cocción o la cantidad de aceite a utilizar. Por eso, te mostramos la receta de "Directo al Paladar", los españoles expertos en gastronomía, para que puedas prepararlas en casa sin ningún problema y quedes como un rey en tu casa. Una vez que incorpores los trucos será un camino de ida. 

Ingredientes

  • Patatas 3
  • Aceite de girasol 1 l
  • Sal al gusto

Preparación

  1. Para empezar, es importante elegir la calidad de la patata. Las mejores variedades son las Monalisa y la Kennebec, entre otras. Por lo menos, hay que comprar patatas que sean para freír y no de las variedades que resultan mejores para cocer o guisar.
  2. Pela las patatas y córtalas en rodajas de 1 cm de grosor aproximadamente. Corta cada rodaja en varitas de 1 cm de ancho y unos 5 de largo y continuamos con todas las rodajas hasta que ya tenemos las patatas listas para la siguiente fase.
  3. Una vez picadas las patatas, recomendamos dejarlas en remojo en un plato hondo por 15 minutos. Así evitamos que se pongan marrones como consecuencia de la oxidación, y además, eliminamos parte del almidón que tienen las patatas, evitando así que al freírse se peguen unas a otras.
  4. Espolvorear ligeramente las patatas tras su remojo con un poco de sal fina.
  5. Tras mezclar bien removiendo las patatas con las manos, procedemos a freírlas. Utilizar aceite de oliva virgen extra y freírlas en dos tiempos, a dos temperaturas. Para ello se necesita dos sartenes. Una para la primera parte del proceso en la que freiremos las varitas de patata a 140º durante unos 7 u 8 minutos, y otra para la segunda fase, en la que doraremos y dejaremos crujientes las patatas friéndolas a 190º durante unos cinco minutos más.
  6. Una vez fritas, probamos una patata y espolvoreamos más o menos cantidad de sal sobre las patatas en función de cómo nos hayan quedado.