Para nadie es un secreto que Diego Maradona haya sido de buen comer. Y es que privado de ciertos gustos en su infancia, la cual estuvo marcada por la austeridad y la pobreza, cuando se convirtió en uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, se permitió ampliar los conocimientos del mundo gastronómico y mostró preferencias por varios platillos.

Dijo Guillermo Coppola en una de sus tantas entrevistas que al “10” le encantaba, por sobre todos los platos, las milanesas que le hacía su mamá, Doña Tota. Las napolitanas de carne vacuna eran sus preferidas, pero también le encantaban las milangas de surubí.

Un joven Diego Maradona comiendo los ravioles que le preparaba su mamá. Fuente: (El Gráfico)

Los asados, el pollo en estofado, churrascos, pizzas y pucheros eran otras de las comidas favoritas de Diego a la hora de sentarse a la mesa. Sin embargo, uno de los platos a los que se volvió aficionado durante su estadía en Italia fue el risotto.

El secretario técnico de Dorados de Sinaloa, David Rivera, contó que el arroz preparado de esa manera, y preferiblemente con champiñones y cuatro quesos, era el que más pedía cuando fue DT del club mexicano.

Por esa razón, en conmemoración por los 35 años del mítico gol de Diego Maradona a los ingleses, te enseñamos a cocinar un buen risotto de champiñones, el plato caliente favorito del mejor futbolista de todos los tiempos.

La mano de Dios y el Gol del siglo.

Para dos porciones, necesitás los siguientes ingredientes:

  • 5 hongos portobello grandes
  • 1 cebolla
  • 1/2 vaso de vino
  • 100g. manteca
  • 1 chorro aceite
  • 1 taza de arroz carnaroli
  • caldo cant. nec.
  • cebolla de verdeo
Risotto de champiñones y queso.

Receta:

  1. Preparar un caldo (casero o de marca) en una olla pequeña a fuego mínimo.
  2. Cortar los vegetales: picá bien pequeña la cebolla, cortá los hongos en rodajas y picá la cebolla de verdeo.
  3. Colocá en una olla distinta y más grande la manteca y el aceite, y por encima, una vez que la base haya quedado líquida, echar la cebolla y cocinarla a fuego suave hasta que esté transparente. Salpimentá para que largue líquido y quede bien cocida.
  4. Agregá por encima los hongos, revolvé y tapá la olla. Dejá reposar unos minutos para que se dore sin que se cocine de más. Luego, subí bien fuerte el fuego y colocá un vaso de vino. Dejá que se avapore el alcohol.

  1. Añadí el arroz y remové bien hasta que quede brillante y bien embebido en manteca, aceite y vino.
  2. Agregá un cucharón mediano de caldo. Revolvé un poco. Agregá más caldo cuando veas que se está evaporando, y volvé a revolver un poco. Esperá a que el arroz absorba el líquido, porque el risotto siempre tiene que estar húmedo.
  3. Cuando el arroz esté al dente, retíralo, añadí un poco de manteca (si querés) y batí enérgicamente para integrar todo. Luego, podés agregarle uno o cuatro quesxos para lograr un sabor más intenso, pero es a gusto. ¡Y listo para servir!

Receta tomada de la página web de Paulina Cocina.