Paulina Cocina, la famosa youtuber argentina de cocina que tiene casi 4 millones de seguidores, tanto en YouTube como en su cuenta de Instagram, compartió una vez más su mejor secreto para convertir un plato muy simple y popular como el sanguchito de miga en algo inolvidable. 

Es difícil mejorar un alimento que no tiene falla alguna. El sanguchito de miga, con su sencillez y equilibrio, su practicidad y su versatilidad, se convirtió en un clásico de la gastronomía argentina que se consigue en todos los kioscos, panaderías y cafeterías, y en todas sus versiones es delicioso. 

Puede salir tostado o fresco, simple o triple, y con una infinidad de rellenos. El más vendido sin dudas es el de jamón y queso, pero también es exquisito en sus tantas otras versiones: con roquefort, con tomate, rúcula y parmesano, jamón crudo, salame, atún, huevo, morrón, palmitos y unas cuantas opciones más. 

Además, sirve para un sinfín de ocasiones. En el desayuno y la merienda, en la cena o el almuerzo, en una picada, de entrada, en la mesa de un cumpleaños o festejo de cualquier tipo, al paso si te agarra hambre, en la calle, con un café, una cerveza o un buen vaso de gaseosa fría. 

La premisa es sencilla: dos o tres finas capas de pan de miga sin corteza humedecidas con mayonesa o manteca, intercaladas con capas de relleno del mismo grosor. En el caso del clásico sanguchito de miga de jamón y queso, hay una potencialidad que Paulina supo explotar muy bien con el secreto que compartió en su cuenta de TikTok

Cómo potenciar tus sanguchitos de miga

En el episodio inaugural de su serie “El maravilloso mundo de los sanguchitos”, la cocinera se propone enseñarnos a llevar nuestros sanguchitos de miga a otro nivel. Lo que vas a necesitar es muy simple: un huevo, un chorro de leche, y una cucharada de azúcar. 

Luego de colocar esos tres elementos en un plato hondo y mezclarlos bien con un tenedor, poner una sartén en el fuego con una cucharadita de manteca. Sumergir el sanguchito en la mezcla de huevo hasta que quede “superembebido” y colocar sobre la sartén caliente. 

Una vez que está bien dorado de un lado, dar vuelta y esperar a que dore también del otro. Retirar del fuego y disfrutar. Queda supercrocante, levemente agridulce y con el queso del relleno bien derretido, para más placer.

Otra opción, para quienes prefieran mantenerlo salado, es suplantar el azúcar por una pizca de sal y hierbas aromáticas, como orégano, albahaca o perejil. Una vez listo toca acompañarlo con la bebida que prefieras, cerrar los ojos y entregarse a la experiencia.