Asado al horno: el secreto para que salga igual de rico y tierno que en la parrilla
Es una alternativa para cuando no tenés tiempo de prender el fuego. Al igual que el asado tradicional, tiene sus secretos para que la carne te quede irresistible. Podés acompañarlo con algunas verduras, servirlo al plato o hacerte un delicioso sandwich.
Con la llegada del fin de semana, el deseo de disfrutar de un delicioso asado en compañía se intensifica. Sin embargo, en ocasiones, la falta de tiempo impide encender la parrilla, y en esos momentos, el confiable horno se convierte en nuestro aliado, salvándonos en nuestra necesidad culinaria. Cocinar carne sin la atmósfera de las brasas puede parecer un desafío a simple vista, pero no es motivo de preocupación, ya que en realidad es bastante sencillo. Además, existen algunos consejos útiles que pueden garantizar el éxito de esta empresa culinaria.
La preparación de un asado al horno no debe generar preocupación en el parrillero o la parrillera. Los cortes de carne recomendados para esta cocción son la tapa de asado, el vacío y la tira de asado, aunque también es posible optar por piezas de cerdo. Además, se pueden incluir embutidos como chorizos y morcillas en la preparación.
Acompañar las carnes con una variedad de ensaladas o pan casero es una excelente opción para crear deliciosos sándwiches con tus salsas favoritas. El asado al horno se convierte en la elección perfecta para aquellos que carecen del tiempo o de una parrilla a su disposición.
Estos son los secretos para preparar un buen asado al horno
Preparar un asado al horno delicioso requiere tener en cuenta algunos trucos y consejos para lograr la misma jugosidad y sabor que se obtienen en la parrilla. Aunque algunos de estos consejos son ampliamente conocidos, otros pueden sorprender a más de uno.
1. Descongelar la carne
Aunque pueda parecer una cuestión trivial, en ocasiones, las compras para el asado se realizan con anticipación durante la semana, y la carne se congela para mantenerla fresca hasta el día de la parrillada. Es esencial asegurarse de que los cortes estén completamente descongelados antes de ponerlos en las brasas.
El proceso adecuado para descongelar la carne implica retirarla del congelador y colocarla en la parte más baja del refrigerador para permitir que se descongele. No es recomendable dejarla al sol. Este proceso generalmente requiere dejarla en el refrigerador durante toda una noche.
2. Precalentar el horno
Este consejo es crucial para la cocción de cualquier alimento. La temperatura incorrecta antes de introducir los alimentos puede afectar tanto el sabor como la textura de cualquier preparación culinaria. Por lo tanto, no conviene omitir este paso tan relevante.
Para un horno a gas, se recomienda un precalentamiento de 5 a 10 minutos, mientras que en un horno eléctrico, lo ideal es precalentarlo durante 10 a 15 minutos. La temperatura de 180 grados Celsius es un punto de partida adecuado. A partir de ahí, cada cocinero o cocinera puede decidir si mantiene esa temperatura o la ajusta según el tamaño de la pieza de carne y sus preferencias personales.
3. Marinado
Al igual que en la parrilla, el marinado desempeña un papel crucial en la obtención del sabor deseado de la carne. Además del tradicional chimichurri, es posible crear otras salsas a base de una variedad de hierbas y verduras. También se pueden añadir algunas ramitas de romero y tomillo sobre las piezas de carne, previamente humedecidas para evitar que se quemen y aportar un toque aromático adicional.
Un consejo a tener en cuenta es que si no desean marinar la carne, pueden pincelarla con manteca o aceite para que se dore más rápido y obtenga un sabor crujiente. En cuanto a la sal, se recomienda utilizar sal gruesa y agregarla al final de la cocción para evitar que los jugos se pierdan al principio del proceso.
4. Sobre la carne
Al igual que en la parrilla, es importante evitar pinchar la carne con utensilios, y si la pieza tiene huesos, estos deben quedar en la parte inferior para lograr una cocción uniforme.
Para determinar si la carne está lista, es útil observar el color de los jugos que se desprenden al cortarla. Si los jugos son de color rojo, eso indica que la carne aún necesita más cocción. Si cambian a un tono rosado, la carne está en su punto óptimo. Por otro lado, si los jugos son incoloros, esto sugiere que la carne ya está completamente cocida.