Un 8 de diciembre pero de 1936 nació David Carradine, fruto del matrimonio de John Carradine, una estrella de los westerns de la década del 30 y 40, y Ardanelle McCool, también actriz, y que de cierta forma predestinaron marcaron su vínculo con la profesión. 

Conoció la fama ya con cierta madures, tenía 36 años, gracias a su personaje de monje Shaoling en la serie Kung Fu. Pero el coctel de la fama y su personalidad con inclinaciones hacia los excesos no conjugaron de la mejor manera.

Su gran regresó se dio casi 25 años después de la mano de Quentin Tarantino. El director lo convocó para Kill Bill, donde realizó uno de sus mejores trabajos y volvió a estar en las carpetas de los productores y realizadores más importantes de Hollywood. Pero en junio de 2009 falleció en extrañas cirscuntancias en un hotel de Tailandia.

Los dramas de su infancia

La separación de sus padres cuando tenía 7 años lo marcó. Su papá dejó California para no pagar la pensión alimentaria, en medio de batallas legales y mediáticas. Aunque lo problemas venían de hace tiempo: según confesó en su autobiografía, Endless Highway, tuvo un intento de suicidio a los cinco años.

Tiempo después, el chico se fue a vivir con John a Nueva York, pero entre la carrera en el cine y su nuevo matrimonio, el niño no tenía la atención necesaria de su padre y paseó por distintos reformatorios y escuelas hasta que decidió regresar a California, donde conoció el mundo "hippie" y se inició en consumo de alucinógenos: LSD, peyote en el desierto de México y experiencias sensoriales que lo llevaron “a revivir su nacimiento”, tal y como expresó en una oportunidad.

Más tarde llegó el servicio militar. Allí supo encontrar espacio dentro de la compañía de teatro y una vez terminada esa etapa, empredió su rumbo para el mundo de la actuación.

Primeros pasos, el éxito de Kill Bill y la caída

En 1964 debutó en una obra teatral llamada The Deputy, y a partir de ahí, arrancó una carrera casi interrumpida en series, como La ley del revólver. Pero su papel bisagra llegó en 1972 con el protagónico en Boxcar Bertha, la segunda película de Martin Scorsese.

En ese mismo año, comenzó a emitirse Kung Fu, la popular ficción en la que Carradine interpretaba a Kwai Chang Caine, un monje shaolin que recorría el viejo oeste de Estados Unidos. La serie catapultó al actor a una fama absoluta.

Todo iba viento en popa, pero 1975 Carradine anunció sorpresivamente que se alejaba del proyecto. Hubo varios intentos por retenerlos debido al éxito millonario de la ficción, pero no hubo caso: no quería quedar encansillado como Kwai Chang Caine.

David Carradine alcanzó la fama mundial con la serie Kung Fu.

Tiempo después, en una entrevista, reveló: “En los proyectos posteriores a Kung Fu, hice todo lo posible por destruir la imagen que dejó de mí esa serie. Pero un tiempo más tarde, me quedó claro que eso no tenía por qué ser así. Si fue alguno bueno, ¿por qué iba a querer deshacerme de lo que significó?”.

Carradine siempre se caracterizó no solo por una mala conducta, sino también por respetar cada uno de sus impulsos. Eso lo llevó de protagonizar numerosos enfrentamientos con la policíadetener la filmación de una película para sumarse protestas sociales, y hasta abandonar abandonar un estudio de televisión a mitad de una entrevista.

Para sus amigos, la vida de Carradine era una contradicción absoluta, pues el actor le daba una gran importancia a su físico. pero fumaba y bebía constantemente. “Mi principal actividad física consiste en ejercitar los brazos, con el derecho llevo a mi boca un cigarrillo, y con el izquierdo una cerveza”, solía repetir.

Su bebida favorita era el vodka, porque la tomaba en los rodajes y sus compañeros pensaban tomaba agua. Y esos desordedes también se trasladaban a su economía: era millonario -las repeticiones de Kung Fu le reportaban ganancias anuales entre los dos y los tres millones de dólares- ,pero le gustaba aparentar estar en la quiebra.

Sus pocos gastos diarios estaban destinados su bar favorito, el Prizzi’s Pizza. En una entrevista, un mozo de ese local contó que Carradine iba todos los días a las cinco de la tarde, a menos que estuviera filmando una película “Se sentaba siempre en el mismo lugar, y pedía un licor doble y un expreso. Si tenía un mal día, acompañaba eso con un vodka doble. Después de beber, se iba al patio del bar a fumar unos cigarrillos y hacer los crucigramas del diario, relató el empleado del local.

Luego de Kung Fu, tuvo una relación agridulce con la industria, ya que continuó trabajando, pero su principal rubro fueron las películas clase B. Pero los años pasaban y no lograba despegarse de la sombra de su papel en la serie y terminó "reconciliandose" con la historia: en 1993 protagonizó una nueva serie llamada Kung Fu: la leyenda continúa, en la que interpretó nuevamente a su emblemático personaje durante cuatro temporadas.

Kill Bill: el renacer de la estrella

Cuando menos lo esperaba, un mensaje en su contestador automático modificaría su insulso presente actoral. Era el año 2003, había terminado de filmar la película Bala Perdida y al llegar a su casa escuchó la voz de Quentin Tarantino.

El director que venía de triunfar con su film Tiempos violentos le ofreció la posibilidad de encarnar al villano de su nuevo proyecto, lleno de influencias del cine de artes marciales: Kill Bill

Entusiasmado con la propuesta, el actor aceptó y realizó uno de los mejores trabajos de su carrera, aunque no cumplió uno de los sueños que compartía con su padre: ganar un Oscar. No obstante, si logró mantenerse entre las figuras más solicitadas de Hollywood hasta su muerte.

Carradine junto a Quentin Tarantino durante el rodaje de Kill Bill.

El accidente sexual que le causó la muerte

Los fantasmas del suicidio lo siguieron durante toda su vida. Más allá de ese intento durante su infancia, solía repetir que siempre llevaba una Colt 45 cargada porque solía pensar en eso. Por lo que encontraron su cadáver en un hotel de Tailandia la teoría del suicidio formó parte de las hipótesis.

El 4 de junio de 2009, hallaron a Carradine desnudo, con una cuerda atada al cuello, otra a los genitales y ambas al armario. El actor se encontraba en la ciudad asiática filmando la película Stretch y la noticia causó conmoción en el mundo del espectáculo.

Tras dos autopsias, los forenses determinaron que se trató de una práctica de auto asfixia erótica, y que Carradine ocasionó su muerte de modo accidental.

Tiempo después se conoció que era aficionada a las películas pornográficas sobre bondage, un tipo de práctica sexual basada en el inmovilizar a una persona, y que se ejerce bajo el consenso de las partes involucradas. 

Incluso Marina Anderson, su esposa entre 1998 y 2001, reveló que llevaban a cabo actos de asfixia erótica. “Yo jamás había probado nada de eso, pero estaba muy entusiasmada con mi relación. Para mí era un terreno nuevo, pero en su caso era algo de todos los días. Yo viví eso simplemente como una etapa, y lo probé porque era algo nuevo. Pero eventualmente se convirtió en algo constante, y ahí me di cuenta de que tenía un gran problema entre manos”, datalló en su biografía.

Con el correr del tiempo, aparecieron versiones que sugerían que una persona pudo haber estado involucrada en la muerte de Carradine, quizá matándolo por accidente. La propia  Anderson aseguró que su exmarido no solía llevar a cabo prácticas bondage en solitario.

Por su parte, la viuda de la estrella, Annie Bierman, demandó a la productora de Stretch por negligencia, asegurando que el asistente de Carrandine no cumplió en su deber de seguir de cerca los pasos de su marido.

David Carradine con su última esposa, Annie Bierman.

Días más tarde, tomaron interveción las autoridades del país asiático y llegaron a una conclusión. Pol Col Somprasong Yentuam, el jefe del departamento de policía de la zona, describió lo que se encontró en la escena: "No había rastros de lucha en la habitación y la puerta estaba cerrada desde adentro. El cuerpo no presentaba marcas, ni moretones y por su gran tamaño hubiese sido difícil asesinarlo sin tener que moverlo". ¿La conclusión? "Parece que su muerte fue resultado de un accidente mientras se masturbaba".

Asímismo, Porntip Rojanasunan, experta forense que trabajaba para el Ministerio de Justicia tailandés, afirmó que la muerte fue causada por un accidente 'auto-erótico': "Esto no es suicidio o asesinato, murió después de masturbarse", subrayó.