El 13 de enero de 2006, un grupo de ladrones entraron en un Banco Río ubicado sobre Perú y Libertador, en la localidad de Acassuso, para llevar a cabo un asalto. Siete horas después, salieron con más de $19 millones de dólares metidos en bolsas de consorcio, dejando atrás un agujero en la pared y un cartel que leía "en barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores". 16 años después, los autores del "robo del siglo" aparecen frente a las cámaras por primera vez para contar su historia en un nuevo documental de Netflix.

El robo al Banco Río no tardó en convertirse en mito, inspirando un libro que relata los hechos y una película con Guillermo Francella y Diego Peretti. Pero mientras estas piezas se enfocaron en contar el "cómo" del hecho, la nueva producción de Netflix busca responder la pregunta que muchos hicieron cuando vieron a cuatro hombres ordinarios de clase media ejecutar el golpe perfecto: ¿por qué?

"Para nosotros, los personajes ocupaban el lugar más importante, cómo habían transformado el robo extraordinario, sin dejar de ser un delito, en una especie de mito", cuenta el director Matías Gueilburt a cronica.com.ar en la víspera del estreno de su nuevo documental. "Nos impactó no solo la forma del robo con sus características extraordinarias de planificación y todo eso, sino el resultado y la repercusión que había causado, por la articulación, el cartel y la parte ideológica que ellos habían planteado".

"Lo más atractivo de este proyecto eran los personajes", agrega el productor ejecutivo Sebastián Gamba. "Nosotros a lo largo de los años hemos hecho muchos documentales donde hemos tenido personajes fascinantes. Y al comienzo lo que más nos atraía no era contar la historia en sí, sino contar la historia a partir de la mirada de ellos". Y qué miradas encontraron.

Cuatro desconocidos: el elenco del golpe del siglo

Fernando Araujo, el artista, explica el plan por primera vez.

Cuando Fernando Araujo comenzó a planear su primer robo después de salir de un trance canábico, no lo pensó como un crimen, sino como otra de sus obras de arte. "Yo no estoy en contra del capitalismo, eh. Lo único es que quería un cachito de su negocio", se le escucha decir al artista en el tráiler oficial del documental sobre su obra maestra.

Para Sebastián García Bolster, alias el ingeniero, el golpe no fue más que otro trabajo. Para el experimentado ladrón Rubén de la Torre, una oportunidad de saciar un vicio. Y para el polémico Luis Mario Viette Sellanes, un personaje totalmente contrapuesto a él y a quien el Papa tiene bloqueado en Twitter, un escenario donde meterse en el rol del "hombre del traje gris". 

De nuevo en su traje gris, Vitette da toda una función para los miembros de Netflix.

"Los cuatro nos fueron cautivando", confesó Gueilburt, quien agradeció en parte a la pandemia del coronavirus por darle el tiempo necesario para entrar en la mente de cada uno de los ladrones. "De alguna forma ellos se prestaron al juego de lo que nosotros íbamos decodificando de cada una de las personalidades (...) Se fueron entusiasmando y logramos que ellos actúen dentro de ese universo, y lo hagan muy bien".

Araujo desde su retiro espiritual, Bolster en su taller, De la Torre en el bar y Viette en su tienda de joyería. Cuatro personajes, completamente opuestos, funcionando como reloj suizo. "Fue un trabajo de mucho tiempo, donde Matías fue construyendo universos muy particulares para cada uno de ellos. Algo muy interesante es que es un grupo muy heterogéneo, no es una banda conformada durante años de delincuentes que tienen una cierta simetría. Se juntan tipos que son de zona norte, de clase media alta, y conforman una banda", detalla Gamba.

Pelucas, taladros y gomones en un desagüe: el Día D

Los ladrones recrean, paso a paso, el robo del siglo en el nuevo documental de Netflix.

Es fácil olvidarse cuando las cámaras nos meten en el desagüe por primera vez, con el relato místico de Araujo en el oído, y las maravillas técnicas de Bolster representadas brillantemente en una maqueta tamaño real, que al final del día, el documental no deja de ser sobre un robo. "Eso es muy importante. Esto no es una obra de caridad, en el fondo hubo alguien que quiso entrar a un banco y llevarse dinero. Y eso está en la película, más allá de lo ideológico que plantearon", sostiene Gueilburt.

El director reitera su punto cuando mueve la cámara al otro lado de la corte judicial y muestra a las víctimas del golpe al Banco Río. Una clienta que se acercó para hacer un trámite, un empleado bancario al que lo entrenaron para defenderse de robos exprés, y Walter Serrano, el policía que se encontraba en la garita de seguridad del banco.

Las víctimas también tienen su lugar en el documental del robo al Banco Río.

Los testimonios presentados en el documental no son nada comparados con lo escuchado en el juicio a los ladrones. El público argentino escuchó el llanto de una mujer que perdió sus joyas familiares, de trabajadores que perdieron sus ahorros y empleados que debieron recibir tratamiento psicológico después de estar de rehenes por siete horas. Y a pesar de eso, el golpe al Banco Río ascendió en la memoria colectiva como un acto de justicia vigilante, los Robin Hood argentinos frente al banco que robó al pueblo.

"No deja de ser un robo, eso no hay que perderlo nunca de vista, eso es así", reflexiona Gueilburt. "Pero creo que es un robo con características muy particulares que hacen que, en el mundo en el que vivimos hoy, en la realidad que se vive todos los días con las atrocidades que hay, termina siendo hasta un poco naif".

¿Dónde está la plata?

A la hora de mirar la nueva producción de Netflix, algo a tener en cuenta es que estamos viendo una obra de arte a través de los ojos de sus creadores. "El documental tiene algo deshonesto para mí, y era importante para mí pensarlo desde ese lugar. Ellos son personajes que pueden ser deshonestos, me contaron una historia donde había divergencias, 'esto lo hice yo, lo hice yo'", reconoció Gueilburt.

Entonces, ¿qué podemos sacar del relato de cuatro ladrones? "Lo interesante que tiene un proyecto así es que le permite al espectador asomarse a un universo desconocido", ofrece Gamba. "Más allá del hecho en sí mismo, y juzgar el hecho o las consecuencias o las cuestiones sociales del hecho, lo maravilloso que tienen este tipo de proyectos es que te permite asomarte a una vida muy diferente, a una persona muy diferente, que no es una ficción".

"Los Ladrones: La verdadera historia del robo del siglo" estrena en Netflix el miércoles 10 de agosto a nivel global, en más de 190 países y para los 221 millones de miembros de Netflix.