A pocos kilómetros de Capital Federal, se pueden encontrar algunos parajes abandonados donde se confluye la serenidad de la naturaleza bonaerense con antiguas construcciones que quedaron el olvido.
El final del pueblo se dio el 22 de septiembre de 2001, día en que un feroz temporal de lluvias dejó al sitio sumergido bajo 300 milímetros de agua. Los habitantes evacuaron y jamás regresaron, por este motivo quedó detenido en el tiempo.
En 1977 clausuraron el servicio del ferrocarril, el trabajo comenzó a escasear y finalmente los vecinos decidieron irse. El lugar quedó completamente abandonado.
Este lugar quedó marcado por una triste tragedia familiar que ocurrió el mismísimo día de su inauguración, ya que el propietario de las tierras murió por un terrible accidente que desencadeno en leyendas urbanas.